Mujeres de armas tomar


Era finales de la década de los años sesenta cuando Guillermina Cabañas, de apenas 18 años de edad, se sumaba a la guerrilla en la sierra de Guerrero. Atrás quedarían la niñez y adolescencia pacíficas; las fiestas donde tocaba la orquesta formada por su padre, hermanos, primos y sobrinos; las mañanas en el campo dedicada a la cosecha de arroz, frijol, maíz y café.

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