Entrevista Fernando Getino Granados - Investigaciones arqueológicas en el área de Tula, Hidalgo



El objetivo primordial del salvamento arqueológico, en su carácter institucional, es proteger y conservar el patrimonio arqueológico. Por lo que el desarrollo de sus proyectos de investigación va de la mano con los programas de construcción de secretarías gubernamentales y empresas privadas que al desarrollar obras de infraestructura en diferentes partes del territorio nacional, afectan eventualmente el patrimonio.

Dentro de las investigaciones derivadas de salvamentos arqueológicos que he tenido la oportunidad de dirigir, se pueden mencionar inicialmente las vinculadas con la construcción de carreteras federales como “Arco Norte” (Jilotepec-Calpulalpan) y Oaxaca-Tehuantepec, que en su programación incluye necesariamente el estudio de distintas regiones geográficas que cruzan en su recorrido.

Un caso similar se relaciona con la construcción de gasoductos, que aunque tienen la misma lógica lineal de las carreteras, pueden cubrir un espacio más reducido y propician que la investigación arqueológica se concentre en una sola región, como es el caso del tramo que he investigado entre las poblaciones de Atotonilco de Tula y Santiago Tlautla, en el Estado de Hidalgo.

Un caso aparte lo constituyen los proyectos que cubren una extensa área, como la construcción de la nueva Refinería Bicentenario, que contribuyen a investigar un solo sitio en toda su extensión y complejidad, tal es el caso del conocido como Chingú, que data del periodo Clásico y se localiza dentro de los terrenos adquiridos por Pemex para construir su planta de refinación.

Las relaciones interinstitucionales, el conocimiento de las leyes de protección y la conformación interdisciplinaria de programas de investigación, son las características que actualmente rigen los salvamentos arqueológicos, donde diferentes especialistas contribuyen al estudio de sitios arqueológicos que de no ser de esta manera posiblemente no se conocerían.

Como primera línea de investigación resultante, cabe destacar la visión diacrónica que representan los sitios estudiados en la vecindad entre el valle de Tula y la Cuenca de México. Donde se han obtenido registros de la construcción de poblaciones importantes en el desarrollo histórico de las ambas regiones, en los periodos más relevantes: Chingú del Clásico (siglos I a VII), Tula del Posclásico temprano (siglos IX a XII) y sitios vinculados a la Triple Alianza durante el Posclásico tardío (siglos XIII a XVI), así como asentamientos de periodos transicionales, que en conjunto nos muestran un amplio panorama de ocupaciones y abandonos.

La otra línea de investigación la forman los estudios sobre los asentamientos descubiertos en el transecto de la carretera Oaxaca-Tehuantepec. La investigación tiene la particularidad de haber registrado evidencias arqueológicas que no se habían reportado antes. Por un lado tenemos asentamientos de la zona mixe en relación con los valles centrales de Oaxaca, y por otro una serie de “sitios-fortaleza” a lo largo del río Tehuantepec en relación con asentamientos del propio istmo, en la desembocadura en el Océano Pacífico. La cronología reconocida hasta el momento, nos señala una secuencia de eventos entre los periodos Clásico y Posclásico, donde la región fue escenario de contactos culturales no solo con los valles y la costa, sino más allá de la sierra norte, en lugares tan distantes como El Tajín.




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