El cura de Dolores tenía
que tomar una rápida decisión, así que escogió la opción más radical y
apresurada. Sabía que los criollos no podían triunfar por sí mismos, de modo
que decidió apelar al apoyo de otros grupos, como los indígenas y los miembros
de las castas. Dejó que los primeros rayos del sol tocaran al pueblo, y armado
de valor, fue a la parroquia de Dolores, donde él era cura párroco. Llamó a
misa, y cuando sus fieles acudieron éste los arengó para convocarlos a la lucha
armada… Era el 15 de septiembre de 1810.
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