El 29 de junio de 1615, los carmelitas descalzos pusieron la
primera piedra del colegio de San Angelo Mártir, en terrenos de una comunidad
llamada Tenanitla, de clima privilegiado y rica en bosques, ríos y buenas
tierras de cultivo. El pueblo pronto cambió su nombre por el de San Ángel
debido al impacto que tuvo el colegio en su consolidación económica y social.
En 1929, a raíz del protagonismo que adquirió San Ángel en la
vida pública del país tras el asesinato de Obregón, la Secretaría de Educación
Pública formalizó la creación del Museo de El Carmen, que diez años más tarde
pasaría a manos del recién creado Instituto Nacional de Antropología e
Historia.
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