Nican Mopohua. 1ª aparición

 



Tenía fija la mirada en la cumbre del cerrito, hacia el rumbo por donde sale el sol, porque desde allí algo hacía prorrumpir el maravilloso canto celestial. En su corazón no se agitaba turbación alguna, ni en modo alguno nada lo perturbaba, antes se sentía muy feliz, rebosante de dicha. Fue pues a subir al montecito, fue a ver de dónde era llamado.

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