Es 1922, la enfermera estadounidense Margarita Sanger, activista en favor del control de la natalidad, ha desatado el debate, el escándalo y que muchos se persignen al ver que se está repartiendo afuera de las oficinas del Registro Civil y las escuelas de la capital yucateca un folleto con la idea de que la mujer puede elegir ser o no madre.
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