Existieron dos grandes tipos de embarcaciones: canoas monóxilas y balsas de distintos materiales. Las primeras, nos dicen las fuentes, se tallaban en el tronco de un árbol con herramientas de piedra o de metal, en ocasiones usando fuego para facilitar el proceso de ahuecamiento.
Las balsas se construían mediante la creación de superficies planas con materiales flotantes que podían ser tules, troncos delgados o guajes que se unían con redes de fibras naturales.
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